viernes, junio 26

Chocolate.

Llegaste a mi vida un dia de noviembre, a endulzar cada amargo minuto de mi diario vivir, no tenias recetas, al menos eso dijiste, ni nada planificado, prometiste improvisar un postre con tus mejores ingredientes para mantenerme siempre satisfecha.

El horno estaba candente, la intriga & la curiosidad también. Es hora de empezar a sazonar lo que ya no quiere esperar. Tus manos las mias, combinadas con la máxima pureza de nuestras miradas aumentarán la temperatura para que la cocción sea perfecta. Un poco de nerviosismo será el ingrediente esencial para causar suspenso respecto a la presentacion de la receta.

Sin darnos cuenta esta todo listo, el calor adquirido es ideal, no quema ni parece frío, el sabor a primera vista placentera, mi olfato aprecia una aroma enviciante e intenso, su textura al parecer consistente y mi ansiedad cada vez más latente por probar aquel caramelo.

Pruebo un trozo timidamente & con recelo, pues aún no se a que sabe. ¡Delicioso! No puedo distinguir ahora ¿Qué es ese sabor que me causa placer? ¿Serán tus besos suaves y dulces, de los cuales siempre quiero sentirme abastecida? Esos que me hacen sentir ingenua, desinhibida y eróticamente poseída. O aquellas indolentes caricias que erizan mi piel y me transforman en un huracán de hormonas en función.

Quisiera que aún fueras parte de mi dieta, pues me hacias sentir no solo satisfecha sino que saludable & llena de energías en mi actuar.

No hay comentarios:

Publicar un comentario