sábado, mayo 9

cuerpoFrío

Piel morena acentuada en sus suaves y largas piernas asomadas bajo esa harapienta túnica. Miró dos veces y dió pasos inseguros, muy sensible a cada movimiento del aire en el lugar, las paredes sudan como advirtiendo que algo ahí podría pasar. Sus manos estan temblorosas, pero la ansiedad por un cigarro la consume además. Delicadamente toma los cerillos y enciende uno, vuelve a mirar desconcertada, angustiada, intranquila. Calculando hasta sus suspiros, recorriendo con sus ojos lluviosos esa pieza oscura llena de recuerdos, que al parecer es lo único que ahí florece, admirando cada detalle. Ya ha aspirado el humo, encuentra la ventana abierta y decide lanzar la colilla. Su piel esta erizada, no solo llueven sus ojos sino que afuera el aire esta húmedo y muy frío, regando las plantas y lor arboles del jardin. Acariciando con su suave rocio las hojas amarillas que ahora posan a los pies de la copa del los alamos enterrados afuera.

Abismada respira profundo e inhala fuertemente tratando de capturar y encerrar todos los aromas que el viento transporta, el incienso puro de rosa aun se asoma como burlandose de ella, el olor suave a cenizas de cigarros impregnado en las cortinas de días pasados se combinan con el olor de las sabanas y con el prefume de la piel.

Su piel morena sigue erizada, el frio la recorre calando hasta los huesos, la debilita, la bloquea. Pero sus lagrimas no se congelan al contrario, parece que al mirar por la ventana y ver la lluvia caer ellas quisieran seguir el ejemplo deslizandose por sus mejillas hasta el suelo, recorriendo y salando sus pomulos, mojando sus manos, marcando un fragil y casi invisible camino.

Ahora junto con el rocio en su rostro, sus fuerzas tambien decaen esfumandose rapidamente, de un golpe y sin avisos se desploma afiatandose al suelo como único apoyo. Esperando que las tinieblas desaparezcan, cerrando los ojos y anhelando despertar en un país de maravillas.

Las horas pasan, aún no logra conciliar el sueño, independiente de la incomodidad del suelo, los recuerdos las perturban y aparecen frente a ella disfrazados en pestañeos, riéndose a carcajadas de su mal pasar. Repitiendose una y otra vez, antes como sueños, ahora como fastidiosas pesadillas.

Encadenada a un pasado lleno de errores, irracionalmente emite una sonrisa. Mira nuevamente a todos lados y dice:
-Se qué estas aún aquí, se qué aun tu alma sucia me persigue- cabisbaja mira a todos lados esboza un ahogado llanto y esta vez grita:
-Andate de una vez, deja que mi cuerpo pueda caminar libre junto a mi alma, ya me quitaste los sueños, ahora no me quites la vida- Ahora sin mas fuerzas invadida por el deseo de autoflagelarse y con llagas en su cuerpo cae nuevamente al suelo, mas las gotas saladas que esbozan sus ojos se combinan con gotas espesas de sangre que corren en caudales por sus muñecas.

Decidió tomar una eterna siesta, al lado del instrumento fatal, empapada por el llanto y por su sangre que no dejaba de correr. Mas aun queda la duda si fue a descansar eternamente o bien a seguir sumida en una eterna pesadilla.

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