martes, diciembre 29

Noche marchita.-


Y estabas solo ahí, esperando la llegada de la fragancia que cautivaba sus noches, impaciente e intranquilo, sin poder mantenerse más de un segundo quieto, sus manos sudadas y el calor apasionado que derraman sus ojos se incrementan a medida que los minutos mueren bajo el reloj. La luna llena ilumina un poco más su rostro, permitiéndole ver más allá de donde se puede ver las otras noches, la calma se esconde tras los árboles del inmenso jardín & las flores duermen encogiendo sus pétalos para no oír el exagerado estruendo de las aves.-
La luna arranca del cielo, llevándose con sigo a las estrellas que la acompañan a escapar del sol lujurioso y es así como las horas pasan sin contemplación.
Un rayo de sol, anunciá la caída del alba junto con la resignación por el abandono de aquel alma incógnita que no logro verse entre los destellos luminosos de la luna por la noche.
Cabizbajo y ahora no solo tranquilo sino que resignado, toma el ramillete de flores secas que carga hace 5 años, vuelve a casa, con los zapatos gastados, pero con la mirada altiva, pues por la noche nuevamente la luna llena escapando del sol, lo aguarda para una nueva espera de esa enigmática alma que lo seduce a marchitar su noche en la misma banca de hace muchos años atrás.-

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